sábado, 31 de mayo de 2008

¿Qué es la felicidad?

Por qué preguntamos "qué es la felicidad"? ¿Es ese el enfoque correcto? ¿Es la correcta manera de investigar? No somos felices. Si fuéramos felices, nuestro mundo sería por completo diferente, nuestra civilización, nuestra cultura, serían total y radicalmente distintas. Somos seres humanos infelices, triviales, nos rodeamos de cosas inútiles, nos satisfacemos con ambiciones mezquinas, con el dinero y la posición social. Somos seres desdichados, aunque podamos poseer conocimientos, dinero,experiencia,etc. Somos seres humanos tristes, sufrientes, y debido a que sufrimos, deseamos la felicidad; y así nos dejamos arrastrar por aquellos que nos prometen esa felicidad, social, económica o espiritual.¿De que sirve, cuando estamos sufriendo, preguntar de qué sirve la felicidad? ¿Podemos comprender el sufrimiento? Ése es nuestro problema, no cómo ser felices. Somos felices cuando no estamos sufriendo: debemos, pues, comprender qué es el sufrimiento. Pero, ¿Podemos comprender qué es el sufrimiento cuando una parte de nuestra mente está escapando en la búsqueda de la felicidad, de una salida para la desdicha? La mente y el pensamiento jamás pueden encontrar la felicidad. La felicidad no es, como lo es la sensación, una cosa que pueda perseguirse y encontrarse. La sensación podemos encontrarla una y otra vez, porque siempre la perdemos, pero la felicidad no puede ser encontrada. La felicidad que podamos recordar es tan sólo una sensación, una reacción a favor o en contra del presente. Lo que se ha terminado no es la felicidad, la experiencia de felicidad que se ha acabado es sensación, porque el recuerdo es pasado y el pasado es memoria y sensación. La felicidad no es sensación. Podemos recordarla pero no revivirla. La mente, con sus recuerdos y experiencias no puede ser feliz, el reconocimiento mismo impide el vivir el momento presente con toda la plenitud que necesita el ser feliz.
Nuestro "yo" sólo es un recuerdo, un conjunto de pensamientos sin realidad objetiva. Cuando la mente trasciende el pensamiento del "yo", del experimentador, del observador, del pensador, puede haber entonces una felicidad incorruptible. Esta felicidad no puede ser permanente -en el sentido con que usamos esa palabra-, pues está más allá al tiempo y al espacio. Pero nuestra mente está siempre buscando una felicidad que tenga permanencia, algo que perdure, que continúe.

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